La
radiestesia es el arte de sentir, significa sentir la radiación.
En
realidad todos somos seres sintientes, tan sólo utilizamos herramientas
como el péndulo o las varillas para confirmar lo que en realidad
podemos percibir sin necesidad de utensilios.
Históricamente, la
primera civilización de la que se tiene constancia en el uso de
herramientas radiestésicas fueron los egipcios. De hecho, algunos
modelos de péndulos actuales están inspirados en los que se
encontraron en diferentes tumbas. Utilizaron la radiestesia a
distancia, lo que hoy se denomina tele-radiestesia. Los
chinos utilizaron esta técnica para la ubicación de hábitats. Los
griegos también fueron estudiosos de esta técnica, y en la Europa
moderna, fueron los franceses y alemanes los más interesados en esta ciencia.
Los
jesuitas fueron grandes estudiosos y practicantes, de hecho
descubrieron que el movimiento del péndulo lo realizamos nosotros
mismos, a través de movimientos inconscientes, impulsos
electromagnéticos dirigidos por el sistema nervioso parasimpático.
En
cuanto a España, el más conocido radiestesista fue el jesuita José
Mª Pilón. Su trabajo estuvo encaminado a la búsqueda de personas y
objetos perdidos y de yacimientos de agua y minerales subterráneos.
Todos
podemos ser radiestesistas, de hecho lo somos en potencia, por
nuestra naturaleza energética. Lo único que necesitamos es
practicar mucho. Trabajar con estas herramientas nos ayuda a
equilibrar nuestros dos hemisferios.
El péndulo como herramienta terapéutica nos puede aliviar de cualquier tipo de dolor, siempre que se utilice de forma constante y de forma correcta.
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