viernes, 29 de junio de 2012

LA DISPOSICIÓN A CAMBIAR



LA DISPOSICIÓN A CAMBIAR

 ...Hemos decidido que estamos dispuestos a cambiar y que usaremos todos los métodos que nos den buen resultado, sin excepción. Quisiera describirle uno de los métodos que uso conmigo misma y también con otras personas. Primero, vaya a mirarse al espejo y dígase: "estoy dispuesto a cambiar"
Observe cómo se siente. Si advierte vacilaciones o resistencias o ve que simplemente no quiere cambiar, pregúntese por qué. ¿A qué antigua creencia está aferrándose? Le ruego que no se riña; limítese a observar de qué se trata. Apueste a que esa creencia le ha causado mil problemas. Me pregunto de dónde proviene. ¿Usted no lo sabe?

Pero no importa que sepamos o no de dónde proviene; hagamos algo para disolverla, ahora mismo. Vuelva otra vez al espejo y, mirándose profundamente a los ojos, tóquese la garganta y diga diez veces, en voz alta: "estoy dispuesto a abandonar toda resistencia".

Los trabajos con el espejo son muy poderosos, la mayor parte de los mensajes negativos que recibimos de niños venían de personas que nos miraban directamente a los ojos, y que quizá nos amenazaban con un dedo. Hoy, cada vez que nos miramos al espejo, casi todos nos decimos algo negativo: nos criticamos por nuestra apariencia o nos regañamos por algo. Mirarse directamente a los ojos y expresar algo positivo sobre uno mismo es la manera más rápida de obtener resultados con las afirmaciones.


Extracto del libro "Usted puede sanar su vida", de Louise L. Hay

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